Mateo 24:6-14
"Y oiréis de guerras y
rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que
todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y
terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos
tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se
aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a
muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será
predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a
todas las naciones; y entonces vendrá el fin".
Durante varios días, luego del terremoto
que afectó severamente a Japón, he recibido llamadas de varios hermanos,
quienes reconociendo mi posición dentro del ministerio profético
inquieren de mi opinión al respecto. Preguntas como: ¿Cuántos profetas,
profetizaron de este juicio para este año? o ¿Que tú crees? y hasta
comentarios tan inauditos como: "Yo conozco una profeta que Dios se lo
dijo, pero nunca dijo nada". ??? A esto añado que escucho y leo todas
las alocuciones habladas en los medios noticiosos, emisoras de radio,
tanto cristianas como seculares, así como las escritas en este medio
social desde las diferentes perspectivas, bien sea desde el punto de
vista de misericordia o el de juicio.
Como profeta responsable solo me
circunscribo a la Palabra de Dios, porque escrito está que tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacemos bien en estar
atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro... (2 Pe.
1:19). El hecho de ser un profeta no debe convertirme en un "Héroe
Bocón", como lamentablemente hay algunos, y a quienes lamentablemente
otros muchos sin discernimiento les dicen "Amen". Los verdaderos
profetas no siempre deben tener una respuesta clara u definida a los
diferentes acontecimientos a su alrededor, porque en ocasiones los
profetas atisbamos y aprendemos a raíz de esas mismas circunstancias.
Vea por ejemplo el caso del Profeta Eliseo en 2 Reyes 4:8-27,
específicamente este último verso:
2 Reyes 4:27
"Luego que llegó a donde
estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó
Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su
alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo
ha revelado."
La realidad es que las Escrituras mismas
nos llevan a entender que los acontecimientos del presente son solo un
"principio de dolores", es decir, el comienzo de un fuerte dolor, de una
gran tribulación. La Palabra Profética escrita nos muestra (Mt. 24:14),
que los verdaderos discípulos de Cristo llevarían una obra de
testimonio con grandes señales y portentos a nivel mundial durante una
terrible crisis, y en medio de las circunstancias más desalentadoras,
como prueba de que el inminente regreso de nuestro Señor Jesucristo está
a las puertas. Esto nos deja ver claro que una Calamidad precede a un
Gran Avivamiento.
No obstante es imperativo observar que en
tiempos de paz y prosperidad la iglesia, en su mayoría, pareció haber
caído en un estado de inercia, sujeta a un espíritu de conformismo e
indiferencia, asintiendo que si hay prosperidad es porque Dios esta
contento y en total apoyo. Sin dudas esto es algo contraproducente pues
de que sirve la prosperidad si en vista de hechos como los que acaban de
suceder no se tiene nada que ofrecer. ¿Como oirán el testimonio? si ni
siquiera se envían misioneros y evangelistas para hacer cumplir esta
Palabra. Y aun mas, teniendo claro que este avivamiento no se trata de
hacer obras o muchos programas, o tener mucha membrecía, sino que es ver
el milagro de la restauración integral en las vidas, es decir
restauración del cuerpo, alma y espíritu.
Lo que si puedo decir como profeta del
Altísimo es que Dios no ha acortado su mano sobre Su iglesia. En estos
momentos, en lo personal, nos gozamos de estar experimentando un gran
avivamiento como iglesia. Por alguna razón que el Señor permitió,
tuvimos que salir de un cómodo, pero muy escondido local para ser
llevados a una Cancha bajo techo, expuestos ante gran nube de testigos.
Por esto nos llamaron "La iglesia deambulante", entre muchos otros
vituperios. Hoy el poder de Dios es nuestro más grande testimonio. Cada
vez son más, los muchos que están sintiendo el poder de Dios a través
del bautismo del Espíritu Santo, y diferentes milagros de sanidades.
Familias completas están llegando cada domingo, dejándonos ver
claramente que una Calamidad precede a un Gran Avivamiento.
Como profeta hago un llamado a vivir
literalmente Mateo 6:33. Buscar el Reino de Dios y hacer su justicia
solo implica que otros puedan alcanzar la justicia que ya nosotros
inmerecidamente alcanzamos, siendo justificados gratuitamente por su
GRACIA. No podemos, por mas que queramos, cambiar las circunstancias de
lo ocurrido en Haiti, Chile, Japón, etc. pero si estoy convencido que de
Japón sale un clamor cual Macedonia "Pasa a Japón y ayúdanos", y estoy
creyendo que son decenas de miles los misioneros y evangelistas que
escuchan ese clamor y que próximamente serán enviados a Japón por los
ministerios prósperos de todas las Naciones, porque solo así tendrá
sentido el desastre ocurrido. Porque una Calamidad precede a un Gran
Avivamiento.
"Oh Jehová, he oído tu
palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En
medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la
misericordia". Habacuc 3:2
"Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón". Jeremías 29:13
Amén.
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